Matilda Ache se miro al espejo antes de salir. se arreglo el cabello, se ajusto el sosten, se toco las tetas. medio giro. estaba bien. se dio una larga mirada al fondo de su ojos y encontro justo lo que queria: nada.
era una persona solitaria. lo sabia todo el mundo, desde la madre, los tios, el viejo del almacen a dos calles de su casa. cada vez que matilda aparecia en el umbral de cualquier puerta, sabias que algo de tu vida iba a ser distinto. no era bueno ni malo, simplemente... diferente. y parece que a menudo a matilda no le importaba torcer un par de vidas por aquí y por allá, con tal de justificar la fantasía maravillosa y estúpida que pensaba que era su vida.
iventaba historias, claro. historias con las que asustaba a los conocidos y alejaba a los amigos. creia que la vida era dramatica, y la verdad es que tenía razón. matilda ache. estuvo sola en todas las edades que tuvo en su vida. sola, se recuerda despertandose temprano, saliendo a la calle con doce años y mirandose los pies, un sábado nublado y silencioso, en el que matilda buscaba a alguien y no encontraba a nadie, a ninguna extremo de ninguna calle. sólo árboles tan enormes. parece ser que su vida entera estaba siempre en ese momento. y a veces lo lamentaba, o al menos, eso me decia.
nunca le creí
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