miércoles, 5 de marzo de 2014

Ir a dejarla a la esquina de su casa. Intentar no mirarla a los ojos. Decirle chao con un beso rápido en la cara. Volver caminando al departamento, mientras busco mis cigarros en el bolsillo. Encontrar mi pieza con el olor al latex, acercar mi dedos a la nariz, sentir su olor en mis manos.

Ir al baño a mojarme la cara. Encontrarme en el espejo.

''No. No sirvió. Aun estás enamorado de ella. Y no quiere saber nada de ti. Y yo tampoco''.

Pasan y pasan las mujeres por entremedio de las sábanas y mis brazos, pero todo sigue igual. Continuo durmiendo apenas, despertando de madrugada, deseando al menos soñar con ella, acariciando la idea y el miedo a que suene mi celular alguna noche.

Los demás dicen que tiempo al tiempo, que deberia salir más, distraerme, bajo premisas básicas como ''Si ella no te quiere, tu tampoco la quieras''. Pero es que ellos no entienden, y pienso que es porque no aman como yo, no comprenden, y yo me callo ante sus consejos y tomo otro sorbo de ron, deseando que ojalá yo pudiera amar como ellos.

Pasan los meses de prisa. Asumes que esa persona se fue, que no te quiere más, que en su derecho de elegir, no te elige. Bien. Nada que reclamar. No es maldad, es simplemente que no quiere tu amor. Tu amor que, piensas, la haria feliz a ella. Pero ese amor sólo te hace infeliz a ti. Y no se trata de ''pensar diferente'', ni de desear olvidarla. Sabes que tardará muchisimas cajetillas de cigarros el poder olvidarla.


Hasta que un día aparece alguien. Una persona que consigue no sólo estar en tu cama, sino despertar por la mañana en ella. Una persona capaz de abrir un rincon en tu cabeza, un rincon nuevo, limpio, en donde no estás atrapado con ningún recuerdo...Y logras, maravillosamente logras quererla. No como a ella, pero la quieres. A veces incluso sientes que la amas. Y haces el amor con ella; no te acuestas para reparar tu ego herido ni para borrar de tu memoria el cuerpo de ella.

Aun así, nada quita el vacío. Todavia hay noches en las que te acuestas pensando y algunas ideas te dan vueltas en la cabeza. Y armas puzzles que casi con seguridad terminan con ella. Piensas ''Y si quizás ...''

Pero eso es todo. La vida avanza hacia adelante, nunca hacia atrás. Y tu estás de pie mirando hacia fuera. Levantando muros. Construyendo algo nuevo. Sin ella. Simplemente porque no puede ser con ella. Y lo aceptas. Y estás bien.

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