me dijeron que la vida era algo más que el amor,
y que el amor era algo más que una mancha en las sábanas.
me dijeron que las drogas eran malas,
que no me llevarian a ninguna parte.
mentían.
me dijeron que ningún hombre era una isla.
y todo comenzó así, en un tibio intento por encontrar la inocencia,
preguntandome por qué me acariciaban la mejilla si no planeaban volver a verme.
un tiempo me demore en comprender que era porque no volverían a verme.
aprendi a dejarme en paz al menos cinco minutos al día.
me dijeron que era cuestión de inspirar y espirar con calma.
que el tiempo, según pasaba, iba a enredar mi cabello, y que me haria olvidar tantos hombros, hombres y nombres.

me dijeron crece, niña, crece, con tanta fuerza que me puse a llorar.
yo sólo queria jugar en lo alto del guindo sin rasmillarme las rodillas.

también dijeron que adicción era sinónimo de dependencia,
me dijeron que él cigarro terminaria por matarme.
me encojí de hombros y sali a fumar a la luz de la farola.
pense que no era bueno masturbar la tristeza con la soledad.
que las causalidades no existían, o en todo caso,
que de existir,
no se preocupaban de nosotros.

me dijeron que la clave eran tener un plan,
que si tenia ese plan
no me perderia nunca.
mentían.
me dijeron que la clave era el camino.
mentían.
me dijeron que la vida era algo más que el amor,
que el amor era algo más que semen garganta abajo.
yo me quede tomando café hasta que se hizo de noche,
revolcandome en la cama hasta que se hizo de día,
ronroneando por la casa hasta que se hizo tarde.

ahora todo es magnífico,
ahora hay mañanas que me sacan las lágrimas de puro aburrimiento.
me dijeron que el mundo era un espejo,
que Dios mandaba señales a todo el que creyese.
ahora todo es plástico,
intercambiable y frio.
intente con la indiferencia, el rencor y la venganza.
nada me sirvio y desechè las filosofías
con un ademán hastiado y un gruñido.
me dijeron que la vida era algo más que estar vivos
y adivina què.
tambièn mentían.