sábado, 8 de marzo de 2014

Una noche estaba sentado en la cama de la
habitación de mi pensión de Bunker Hill, justo en el
centro de Los Ángeles. Era una noche importante de
mi vida porque tenía que tomar una decisión con
respecto a la pensión. O pagaba o me tenía que ir:
era lo que decía la nota, que la casera había deslizado
por debajo de la puerta. Un problema tremendo, que
merecía toda mi atención. Lo resolví apagando la luz
y metiéndome en la cama.

JOHN FANTE

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